domingo, 10 de febrero de 2008

Quisiera tener una muñeca que hablara, oyera
y diera pasitos y juntarla, Alejandra, con tus
amigos y monitos. Me gustaría que corriéramos
con ella por las campos de trigo ya segados
hasta llegar a la playa en una noche estrellada
o de luna llena y jugar al pillarse con las olas.
Y subirnos a un navío para ver, mar adentro,
reflejarse en tus ojitos negros como la uva
la inmensidad del cielo.

9 comentarios:

markín dijo...

como un sueño mezclado de anhelo llegan tus letras; al compás del cariño latente.

Dichosos lo que tienen cerca a quien amar.

Chau.

Enrique de Santiago dijo...

Una muñeca llena de onirismo, un suave canto a los sueños
Un abrazo

Adolfo Calatayu dijo...

Querida amiga: cuanta ternura y belleza en tu post; no recuerdo quién decía que era casi como milagroso que los griegos hubiesen poseído ese nivel de pensamiento,con ese hermoso mar en sus costas,como que esa gigantesca masa de agua (y con ese color increíble,fantástico),posee tal fascinación que te induce a un "quietismo" casi absoluto.
Muchos cariños

LATIDOS URBANOS dijo...

Pasaba a saludar¡¡¡

Un abrazo

Camino del sur Pilar Obreque B dijo...

Que ternura exquisita posees! por cierto muy bien expuesta en estos versos, si dan deseos de ser parte de ese trío y jugar con las olas como niños otra vez.


Abrazosss

mahiakeff dijo...

¡Ya poh...!!! Y la novela cuándo??? Cada vez mejor.
Un abrazo

M.

Adolfo Calatayu dijo...

Hola! pasé a saludar y ver cómo estabas...
cariños

fgiucich dijo...

La fantasía de un deseo. Hermoso. Abrazos.

Adolfo Calatayu dijo...

Te dejé algo en el blog,querida amiga,cuando puedas pasá a buscarlo.
Muchso cariños