viernes, 27 de julio de 2007

NAVIDAD

¡ Como me gustaría volver a la infancia
y que usted fuera el Viejito Pascual !
Yo esperaría tan ansioso su llegada.
Me habían dicho que si no estaba dormido
se iba a llevar los juguetes que yo le
había encargado. ¿ Qué hacer? yo también
quería darle las gracias. Quería conversar
con el viejito. Había estado toda la tarde
en el patio de mi casa esperando que
obscureciera, porque yo sabía que venía
sentado en una estrella gigante que tenía
una cola como de cometa. ¡Que grande era !
El viejito volaba muy ligero para alcanzar
a dar a todos los niños lo que le habían
encargado. Cuando me di cuenta que venía
hacia mi casa y que no podía estar despierto,
corrí a buscar a mi hermanita chica, la
pesqué de las trenzas y la arrastré hasta
su cama, yo me fuí a la mía y me puse a
roncar como lo hace mi abuelo. Cuando
salió de nuestro cuarto y ya se iba; nos
levantamos para ver qué nos había dejado.
En eso estábamos cuando me acordé
que él viajaba en una estrella muy grande
y muy brillante; corrí al patio para verlo,
pero ya iba muy lejos.
¡ Como me gustaría volver a la infancia
y que usted fuera el Viejito Pascual!

domingo, 8 de julio de 2007

Eran las dos de la mañana y una intensa luz
bañaba mi terraza. ¿De dónde venía ese fulgor?
...Salí. Ahí estaba la luna redonda, inmensa y
coqueta.
Como poseída por ese reflejo del cielo empecé
a recordar mi viaje al fondo del mar en un
pequeño submarino y, por otro extremo, mi
viaje a las estrellas.
Volví a ver los pececillos junto a las ventanillas;
más allá los corales celestes, verdes, rosados y
amarillos. Y las algas bailando al son del vaivén
de las aguas.
Parece que entonces me dormí un rato y cuando
desperté estaba en medio de los astros. Las
estrellas, los planetas y también la luna al alcance
de mi mano.
Salí de mi nave y Oh!!!! La ingravidez. Flotaba.
El aire era distinto. Respiraba paz y fantasía.
Cuando todo era grandioso empezó a llegar
la sombra. Pero llena de alegría por aquel
recuerdo resolví volver a mi cama.