En la hora de mis ardientes desvaríos
salta la sangre ahí en mis venas
y truenan los recuerdos de otros tiempos.
Grito por la paz de mis anhelos.
Soy un borracho que se embriaga
con la luna.
Me pierdo en los caminos de los cerros
en busca de la luz que está en la cima.
Son los bosques mis amigos
y el agua mi alimento,
Me cansa el caminar,
pero soy feliz con la endorfina.
Dirán: ¡Cuanto ha aprendido!
Si. Mucho....
viernes, 9 de noviembre de 2007
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